La calidad de tu vida depende de la calidad de tus relaciones

EL ADN DE LOS EQUIPOS DE TRABAJO.

En un momento laboral “Millenials” los viejos estereotipos de gestión empresarial están abocados al fracaso. Las únicas empresas que sobreviven ante su resistencia al cambio son aquellas que su negocio es tan rentable que son capaces de generar beneficios a pesar de una mala gestión, a esa circunstancia se agarra el CEO “obsoleto” haciendo valer siempre uno de sus principales lemas “toda la vida se ha hecho así”. El día que cambian esa frase en su mente y son capaces de darse cuenta la condición lastrante de la misma, ese día se abre la esperanza al crecimiento y la evolución de una compañía que, de lo contrario, estaría abocada a su desaparición en muchos casos.

Steve Jobs, el fundador de Apple, decía que uno de los errores fundamentales de los empresarios es contratar a los mejores para decirles lo que tienen que hacer. Contratar a una persona brillante en algún área y coartar su autonomía y creatividad es algo verdaderamente inexplicable pero a su vez común.

Las nuevas generaciones entienden otra manera de trabajar y esa manera rompe con el individualismo del pasado para sentir que la mejor forma de trabajar pasa por un trabajo en equipo.

Un equipo de trabajo es la unión de trabajadores capaces de conseguir de forma colectiva logros que jamás serían alcanzables de forma individual. Cada miembro aporta sus talentos para conseguir un objetivo colectivo. Todos saben que tienen que hacer y cuál es su aportación al grupo. Todos se sienten importantes pero a su vez saben que no conseguirían el mismo resultado si no fuese por la aportación de los demás.

Algún CEO se suma a la filosofía del equipo, porque es la moda o porque quiere probar. Pero no saben cómo. Y convocan a su supuesto equipo, los sientan en una mesa, y al final la reunión de equipo se convierte en un monólogo del CEO ordenando lo que cree que tienen que hacer, sin dar autonomía a los miembros, sin formar realmente un equipo. Queda mucho por hacer en las empresas, y los cambios generacionales no son suficientes, se trata de un cambio de mentalidad y no de personas. Pero tienen que darse cuenta por ellos mismos. Ahí está el problema, pero también la solución.

Si tuviese que implantar un equipo de trabajo en mi empresa los 5 primeros puntos en los que enfocaría mi atención serían;

1. Propósito: Hay que tener claro para que trabajamos juntos en la misma compañía. Encontrar el propósito es fundamental, no solo para el ámbito empresarial y de un equipo, también para la vida. El propósito te da la motivación, es ese “hacer algo por algo” que es fundamental para no flaquear en aquellos momentos en que, esa voz que no calla llamada ego, intenta por todos los medios que abandones.

2. Confianza: Tener la credibilidad, y la cercanía para llevarse bien y tener claro que cada persona está aportando el interés y el propósito colectivo por delante del interés propio. Cuando la confianza es mediocre los resultados son mediocres. La confianza entre los miembros del equipo es fundamental para el engranaje que hace a ese equipo sólido y eficaz. En la confianza entre las personas y no solo estoy hablando ahora de los miembros de un equipo, reside el éxito del propósito. Y lo más importante, también reposa uno de los pilares de la felicidad.

3. La verdad: Poder decir la verdad, para llegar al centro del asunto rápidamente es primordial. Imagínense los logros que conseguiríamos si pudiéramos decir con total libertad la verdad de lo que pensamos, de lo que sentimos, a nuestros jefes, a nuestros colaboradores, una verdad no con el ánimo de ofender o criticar, sino con el ánimo de crecer por un objetivo común. Esta verdad a la que hago referencia hace grande a un equipo. Por otro lado esta verdad solo es posible en un área de confianza. De ahí la importancia del punto anterior.

4. La diversidad: Entender a cada persona, sus fortalezas, sus debilidades, empatizar y querer crecer paralelamente, son algunas de las habilidades fundamentales para la consolidación de un equipo. Si realizáramos un símil futbolístico cada miembro de un equipo realiza su labor, a veces los focos de atención están puestos en los delanteros y en los goles que marcan, pero un equipo no sería ganador sin el trabajos de los defensas y un portero por ejemplo, tampoco lo sería sin el trabajo de un preparador físico o un fisioterapeuta que son miembros que ni siquiera se les conoce públicamente. En un equipo todo suma, cada miembro hace su aportación, todo tiene su importancia. En los equipos y en la vida no debemos restar importancia a nada, a veces las claves del éxito están en los pequeños detalles.

5. El todo es mayor que la suma de las partes: Esta cita de Aristóteles va que ni pintada a nuestro propósito de hacer ver que ninguna persona tiene todas las respuestas y capacidades que el equipo necesita para cumplir la estrategia. Sin embargo, juntos se genera una fuerza poderosa capaz de conseguir el objetivo marcado. Un equipo es un todo, donde sus partes se complementan, se apoyan, se enriquecen y crecen juntas. Un buen equipo es el coctel perfecto, con el mejor sabor, con la mejor presentación.

Jamás conseguirás un logro igual solo, que con tu equipo. Como dice un proverbio africano, “si quieres llegar rápido ve solo, si quieres llegar lejos ve acompañado”.

En el mundo empresarial no sirve de nada llegar rápido y no mantenerse, lo importante de una empresa es llegar lejos., La duración media de una empresa en España que no innova es de 12 años. Por tanto debes de innovar para sobrepasar esa vida media de empresa que no se somete a cambios, sería fantástico que empezases tu innovación con la implantación de un equipo de trabajo, y este equipo a su vez innovar para hacer crecer la empresa. Para eso debes dejar hacer… Y esto solo se puede conseguir desde un vínculo de confianza.

Pregunta para la reflexión, ¿Cuál es la confianza en tus colaboradores?

Feliz semana!!!.